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Thiago Cornago, Super T, ejemplo e inspiración para todos

La Fundación Kelluafen nació gracias a Thiago Cornago, nuestro gran héroe. Super T, el creador de su propia gran historia, se recupera hoy en el Hospital San Juan de Dios de la ciudad de Barcelona gracias a la innumerable cantidad de aportes solidarios de miles de personas que se unieron para ayudar a su familia.

En nuestra Fundación, queremos agradecerle de corazón a todos los suscriptores y donantes únicos que, con su apoyo sostenido en el tiempo ayudaron a que Thiago y sus papás puedan hoy librar esta lucha diaria para lograr la remisión total de su enfermedad.

Ha sido, realmente, un trabajo en equipo. Ciudadanos de a pie, empresas, ONGs, deportistas, influencers y otras personalidades colaboraron para que se logre alcanzar la suma de dinero para el tratamiento y la estadía en el viejo continente. Fue una recaudación récord para poder librar la última gran pelea contra su enfermedad. Como siempre decimos, nadie es mejor que todos juntos.

Nuevamente quedó demostrado.

SUPER T, EJEMPLO E INSPIRACIÓN PARA TODOS

Thiago nació en Bahía Blanca el 5 de agosto de 2010. Con solo seis años tuvo que enfrentar su gran prueba: recibió la noticia por parte de su pediatra de que padecía un neuroblastoma retroperitoneal, algo así como una “papa en la panza”.

A partir de ese momento, no solo puso el pecho a la adversidad sino que se transformó en ejemplo e inspiración para muchos. Si Thiago puede, yo puedo. Así fuimos sumándonos todos a la gran causa. Su gran causa. Nos comprometimos porque él nos empujó a hacerlo. Desde el corazón y con una valentía sin igual, cualidades que heredó de su hermosa familia.

En el medio de la tormenta, en las etapas más difíciles, Thiago puso en palabras escritas todo lo que sentía. En su diario personal, llamó a su enfermedad “Esa Maldita Papa”. Luego, en Buenos Aires, se sometió a sesiones de quimioterapia y una cirugía reparadora. Siempre estuvo acompañado por su papá Seba, su mamá Flor y su pequeño hermano Juanse.

Thiago no solo anotó lo que sucedía. También pegó fotos de las intervenciones médicas, de los paseos, visitas, regalos y mensajes recibidos. Todos estuvieron junto a él en su batalla: abuelos, tíos, primos, amigos, maestras y médicos.

Fue una tía la que le dijo, conmovida, lo que muchos pensaban: “¡Sos un superhéroe!” y lo invitó a dibujarse. Así nació Super T, quien con su capa y antifaz demostró a propios y extraños que a la adversidad se la enfrenta para que la lucha se transforme en esperanza. Ha sido tanto lo que consiguió en este tiempo, tanto él como su familia, que el solo hecho de recordarlo resulta conmovedor.

Pasada la primera etapa, otra Maldita Papa apareció en su cuerpo y lo obligó a realizar un tratamiento mucho más intenso que el primero, que incluyó un autotransplante de médula. Para ganar esta batalla utilizó sus mejores poderes y creó una frase que lo grafica de cuerpo y alma: “Un superhéroe se hace héroe al levantarse después de pelear”.

Thiago enseñó que no importa caerse, sino que lo que importa es tener la entereza suficiente para poder levantarse. Quizás sea por eso que hoy, desde Barcelona, devuelve a cada situación adversa una sonrisa. Que en vez de quejarse siempre da a lugar al agradecimiento. ¿Quién puede ser indiferente a alguien así?

En Fundación Kelluafen, queremos agradecer a todos los que ayudaron con su granito de arena a Thiago y su familia. Estamos cerca, juntos, haciendo fuerza para que pueda ganar definitivamente su última gran pelea.

“El amor todo lo puede”.

Ese es su lema y su gran ejemplo de vida.